lunes, 14 de mayo de 2012

Un mallot roto

Removido, re removido, requetemovido hasta vomitar aquí.




Javier salta sobre Silma, o Treplev sobre Nina, y no al contrario. Carreras en las medias de Toni que se arrastra sobre el suelo, se arrastra sobre Javier, se arrastra ante Boris, Irina, calca el rubio y las orquillas rojas se deslizan sobre el pelo acrílico. La tuerta ve en perspectiva y un ojo ciego sincera la evidencia de lo roto. Un lago de unos pocos litros inunda el dolor hasta casi convertirlo en algo dulce, y uno se ríe de los acertijos imposibles de Chejov... imposibles de calzar en una lucha contra el paso del tiempo. Una super8 apunta desafiante. Te hago daño con mi dolor, o con mi amor o con lo que sea. Luces rojas de feria. Max busca en cada contacto un sentir sin pudor aparente. No aguanto ese maldito sondo, tic tac, TIC TAC, ¡PUM! Un cristal se rompe. Y una tiza que se desmigaja en la silueta de una gaviota muerta... eterna, resistente al tiempo.




Una vez me dijo Claudio que era la excelencia de todo director.




LA GAVIOTA, esta vez por Rubén.




Detalles, trocitos de algunas cosas que se guardan en la memoria o en algún otro sitio del cuerpo.
Han pasado horas... y no me la quito de la cabeza. No me la quito ni ganas que me entran.