martes, 12 de mayo de 2009

Tres, dos, uno...

Se supone que existen fórmulas que permiten enfocar la pluma (estilográfica) hacia círculos más interesantes, ya que las almas están aburridas de absorber una y otra vez la misma basura en forma de trocitos de corazones rotos. Según esto para que un blog, por ejemplo, no se convierta en un pestiño, hemos de dejar de hablar de: relaciones personales, amor, corazones rotos, el día a día, nosotros ante la adversidad, el miedo... lo que nos deja, más o menos, pudiendo hablar de aeronáutica espacial, clases de hongos, atracción de insectos con ultrasonido y composición de los principales ecosistemas de Kuala Lumpur.




Pido disculpas de antemano porque mi BLOG, tras esta reflexión, va a ser un auténtico coñazo...